domingo, 24 de febrero de 2013

Segunda y tercera semanas

He podido comprobar en estas dos últimas semanas que mi vida de aquí a junio va a ser una completa locura.

También he podido ver que si trabajo duro y me olvido de algunas tonterías puedo lograrlo, aprender todo lo posible y salir con la sensación de que ha sido un tiempo aprovechado.

En estos últimos 10 días en el hospital he podido comprobar la forma de trabajar de cada uno, lo que se espera o no se espera de nosotros, lo que puedo hacer yo y lo que no está muy bien visto que haga.

Y he llegado a la conclusión de que lo que se espera de mí, sobre todo, es la iniciativa, las ganas de trabajar y el ponerme a ello sin esperar a que venga alguien detrás para darme permiso para hacerlo. Y la verdad es que eso me da más vértigo del que me esperaba en un principio, pero aún así, cuando estoy delante de un paciente haciendo lo que de verdad tengo que hacer, se me quitan todas las dudas y sé que estoy donde debería estar. Y esa sensación es increíble.

Por otro lado, parece que hay algo o alguien que quiere hacer que todo esto sea mucho más difícil de lo que debería, haciendo que me enfrente a situaciones a las que debería enfrentarme con calma y con la cabeza despejada, y no con mil cosas en ella, pero creo que estoy lista para enfrentarme a ellas y ver que, aunque duelen y destrozan, también consigo salir adelante, y veo que me voy haciendo más fuerte.

Además, en el trabajo-trabajo, en aquel que cobro, he descubierto que me he metido en medio de una pequeña familia que se ve interrumpida por la gente de arriba, pero que a fin de cuentas se apoyan los unos a los otros y siguen en contacto aunque ya no estén allí. Me gusta la idea de que estoy en un grupo que se preocupan los unos de los otros y que se apoyan y se siguen fuera del horario laboral, nunca pensé que eso podría pasarme a mí.

En fin, que aunque agotada y psicológicamente algo tocada, me veo capaz de llegar hasta el final con algo de trabajo.

domingo, 10 de febrero de 2013

Volver a ser patito. Primera semana

O lo que es lo mismo, ¡primeros 5 días de prácticas!

La verdad es que, como me está tocando compaginar el prácticum, el trabajo y la optativa tengo la sensación de que en lugar de 5 días en el hospital, llevo un mes.

Pero la verdad es que a pesar de la paliza que supone 15 horas de trabajo prácticamente continuo sé que está valiendo la pena, cada minuto.

Nada más llegar conocí a las que serían mis compañeras de aquí a Junio, aunque ya nos dijeron que nos iban a repartir, para que el mismo psicólogo del hospital no nos tutelara a todas.
A mí me tocó con una de las psiquiatras, y la verdad es que no podría estar más contenta. "Mi" psiquiatra y su compañera de planta, tutora de otras dos de mis compañeras, son dos mujeres que me tratan como lo que soy, una estudiante, resolviendo mis dudas, pero también me tratan como una profesional, me dan tareas y me van a permitir ser un poquito independiente, lo suficiente como para aprender con la práctica además de con la observación.

Actualmente estoy trabajando con niñas con TCA, o lo que es lo mismo, Trastorno de la Conducta Alimenticia, es decir, anorexia y bulimia nerviosas (por ahora no ha entrado ninguna con sobreingesta compulsiva y no se si habrá). Aunque sólo ha habido un día en el que haya podido entrar a la ronda de la mañana a ver a alguna de las niñas, sí que estoy estudiándome el funcionamiento del hospital desde dentro,  y sobre todo, el poderme estudiar las historias, la medicación que las dan, la dieta, sus conductas...

Podré tratar con ellas en poco tiempo, ya que me dejarán, junto con algunas de mis compañeras, realizar talleres de relajación y detención del pensamiento con ellas, esperemos que sea una herramienta que les permita mejorar no sólo físicamente, también psicológicamente, que para eso estamos nosotras allí.